Intervención norteamericana tras el hundimiento del acorazado Maine.

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martes, 10 de febrero de 2015

Intervención norteamericana tras el hundimiento del acorazado Maine.

USS Maine antes de la explosión
USS Maine

El 25 de enero de 1898, el “Maine” llega a La Habana sin haber avisado previamente de su llegada, lo que era contrario a las prácticas diplomáticas. En respuesta a este hecho, el gobierno español envía al crucero “Vizcaya” al puerto de Nueva York de la misma manera. Poco antes de las diez de la noche, a las 21:40 del 15 de febrero de 1898, una explosión hace saltar el “Maine”. De los 355 tripulantes que componen la tripulación del barco, resultan muertos 251 hombres y 2 oficiales, salvándose 18 oficiales que disfrutaban a esas horas de un baile dado en su honor por las autoridades españolas y un total de 94 marineros que se encontraban en el barco en el momento de la explosión.


La prensa del magnate americano William Randolph Hearst publicaba al día siguiente el siguiente titular: «El barco de guerra Maine partido por la mitad por un artefacto infernal secreto del enemigo»y anuncia posteriormente una recompensa de 50.000$  "para la condena de los criminales que enviaron a 258 marinos americanos a la muerte”.

Dique flotante en La Habana
Dique flotante en La Habana

1898.— La Subcomisión nombrada por la Comisión de Reclamaciones del Senado Norteamericano para que dictaminara sobre la explosión del "Maine", en vista de los documentos de la Junta de Marinos, propuso a la Comisión en pleno:
  • Primero: Que se reconociese la Independencia de Cuba.
  • Segundo: Que España retirase de la Isla sus fuerzas terrestres y marítimas.
  • Tercero: Que el Presidente diese inmediatamente órdenes para hacer cumplir la demanda, empleando para ello todo el Ejército de Mar y Tierra de los Estados Unidos, si España se negase a la reclamación.
Como base de estas peticiones, se asentaban los siguientes hechos:

  • Primero: Que España era responsable de negligencia, al menos, al permitir que fuese volado el "Maine”. [Nótese que, ya entonces, la comisión no acusaba directamente a España de ser responsable directo].
  • Segundo: Que la explosión fue preparada por agentes oficiales de España.

Algunos periódicos de la época eran del millonario Hearst
W. R. Hearst
El hundimiento del Maine en la prensa americana
Prensa norteamericana de
la época
Pullitzer
Pullitzer
  

El hundimiento del Maine en la prensa estadounidense del momento
Recorte de prensa del
"New York Journal"

1889.- Para determinar las causas del hundimiento se crean dos comisiones de investigación, una española y otra estadounidense, siendo totalmente diferentes  las conclusiones a las que legan las dos. 

Recorte de prensa estadounidense
Portada de prensa norteamericana de la época
Recogemos a continuación dichas conclusiones, así como otras procedentes de diversas investigaciones llevadas a cabo a lo largo del tiempo, prácticamente hasta nuestros días. 

Conclusiones de la comisión española de 1898, a cargo de lo los oficiales navales Del Peral y De Salas:

1. Si hubiera sido una mina la causa de la explosión, se habría observado una columna de agua, la cual no se observó en el puerto de La Habana en el momento de la voladura.

2. Las aguas se encontraban en calma, por lo cual una mina de la época no podría haber llegado hasta el casco del buque para ser detonada por contacto

3. No se encuentran peces muertos en el agua, que normalmente aparecen tras una explosión externa.

4. Los pañoles de munición: no es habitual que exploten cuando un buque se hunde tras impactar con una mina. Normalmente con la explosión se abre una brecha en el buque donde entra agua y si los daños son considerables la entrada de agua echa a pique al barco.


Planos del Maine
Planos del Maine
Botadura del Maine
Botadura del Maine 
Los restos del Maine tras
la explosión





Conclusiones americanas de 1898: Consejo de Guerra de Investigación de Sampson 

La comisión estadounidense, basándose en el hecho de que la mayoría de los testigos declararon que habían oído dos explosiones, llega a la conclusión de que el Maine había sido volado por una mina (primera explosión); se declara un incendio y alcanza a los almacenes de munición de proa (segunda explosión). Afirmando además que esa parte de la quilla estaba doblada hacia adentro, a resultas de una explosión externa y no hacia fuera si hubiera sido una explosión interna.


Comisión Sampson, investigación del hundimiento del Maine
Comisión de investigación estadounidense de
Sampson
Sampson
Sampson

Consejo de Guerra de la investigación de Vreeland de 1911

Gral Blanco y Erenas
Gral Blanco y
Erenas
Desde la Guerra Hispano-Americana, el Maine queda hundido en el mismo sitio donde explotó en el puerto de la habana y se empieza a formar una escollera que dificulta el uso del puerto y las autoridades cubanas solicitan que se retire del puerto, además asociaciones de excombatientes americanos presionan para que se recuperen los cadáveres. Durante el rescate, se encontraron 66 cuerpos (que quedaron después definitivamente en el barco), de los cuales, sólo uno pudo ser identificado. 

Aprovechando estas tareas de reflotación se realiza una inspección ocular del barco donde se puede apreciar que la popa es prácticamente inexistente. Llegan a la conclusión de que una explosión externa había provocado la explosión de las almacenes de munición. Pero sitúan la explosión más hacia la popa y de mucha menor potencia que la indicada por la comisión de Sampson del año 1898. Y se hace una matización: la flexión de la cuaderna 18 fue causada por la explosión de los almacenes de munición, no por la explosión externa, con lo cual, aunque siguen afirmando que el hundimiento del barco se debe a dos explosiones, deriva a la segunda explosión la responsabilidad del hundimiento.

Las razones del hundimiento del Maine han quedado como uno de los misterios de la historia militar, por eso se ha continuado investigando desde entonces de las razones y las circunstancias de que se hundiera.


Investigación de 1974 de Rickover

Almirante Hyman Rickover
Almirante Hyman G. Rickover
El almirante Hyman G. Rickover,  llevado  por la curiosidad de preguntarse qué pasó realmente con ese barco, comienza una investigación privada donde se solicita ayuda a varios expertos; dicho informe concluye que la explosión no estuvo causada por una mina.

El informe propone como motivo, la entrada en autocombustión del carbón que se encontraba en las carboneras cercanas con el consiguiente incendio posterior, alcanzando los pañoles de munición que estaban en el mamparo contiguo como la causa más probable. Los buques norteamericanos al principio utilizaban antracita para alimentar sus calderas. Pero para ganar más velocidad de navegación, comenzó a utilizar carbón bituminoso que ardía a una mayor temperatura. Sin embargo, su uso tiene como principal inconveniente que el carbón bituminoso es más volátil. De hecho, se había informado de incendios en las carboneras de buques de la Armada antes del hundimiento del Maine, varios de los cuales estuvieron a punto de provocar explosiones.

Investigación de 1998 de National Geographic

En esta cadena de televisión se hacen estudios con modelos en 3d  para simular el hundimiento y exponen como conclusión que las planchas de la proa se habrían doblado hacia afuera y no hacia adentro, si bien la suma de estos resultados no es definitiva para probar que una mina fuera la causa del hundimiento, pero sí para reforzar los argumentos a favor de esta teoría.

Investigación de 2002 de History Channel 'Unsolved History'

Cañón recuperado del Maine
Cañón recuperado del Maine
No aporta mucho más a las anteriores, optan por la conclusión de que el carbón causó la explosión e identifica un punto débil en el mamparo que separaba las carboneras de los pañoles de munición, que podría haber sido el culpable de haber permitido que el fuego pasara de una zona a la otra.

Aunque queda mucho por saber, parece que los estudios actuales apuntan a una explosión accidental de la santabárbara, motivada por el calentamiento de los mamparos que la separaban de la carbonera contigua, que en esos momentos estaba ardiendo. Se hicieron estudios de estadística para conocer las probabilidades de que esto ocurriera y se concluyo que eran  ínfimas, no imposibles pero muy complicadas. Sin embargo, también ha quedado claro que esta explosión habría hecho saltar, literalmente, al barco del agua, cosa que no ocurrió.

No sé si alguna vez se sabrá quién voló el Maine o qué fue lo que ocurrió, solo podemos añadir que todos los estudios eximen al gobierno español de cualquier responsabilidad en la voladura, principalmente, porque era el menos interesado en verse involucrado en una guerra. Además, a estas alturas de la historia, ya se hubieran descubierto documentos que nos implicasen y esto, por ahora, no ha sucedido.

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Resultados

La derrota frente a los Estados Unidos significó el golpe de gracia para un Imperio Español incapaz de adaptarse y sobrevivir al siglo XIX.

Tratado de París de 1898 que marca el final del imperio español
Firma del Tratado de París
El Tratado de París de 1898 se considera como el punto final del imperio español. A finales de julio, y todavía en plena guerra, España comienza a negociar el fin de las hostilidades mediante el embajador francés en Washington, Jules Cambón.

España temía que el conflicto continuara y se extendiera. Prácticamente sin ninguna flota disponible para defenderse, consideraba que estaban en peligro tanto las islas Canarias como las posesiones africanas en el norte de África y Guinea Ecuatorial.

Los miembros de la delegación estadounidense en las negociaciones eran: William R. Day, William P. Frye, Cushman Kellogg Davis, George Gray y Whitelaw Reid.  Por el lado español asistían: Eugenio Montero Ríos, Buenaventura de Abarzuza, José de Garnica, Wenceslao Ramírez de Villa-Urrutia, Rafael Cerero.


Wenceslao Ramírez de Villa-Urrutia
Wenceslao Ramírez de 

Villa-Urrutia
Eugenio Montero Ríos
Eugenio Montero Ríos
Buenaventura de Abarzuza
Buenaventura Abarzuza

Se llevaron a cabo en el Ministerio de Asuntos Exteriores en París.

Los españoles pidieron que antes de ponerse oficialmente en marcha las conversaciones, se devolviera la ciudad de Manila al gobierno español, ya que había sido capturada por los estadounidenses horas después de la firma del protocolo de paz en Washington. Los norteamericanos se negaron a considerar esta circunstancia.

Otro tema que se puso sobre la mesa de negociaciones fue la deuda nacional cubana, que ascendía a más de 400 millones de dólares. España se negó a aceptarla, pero al final no tuvo otra opción y la deuda tuvo que ser asumida por España.

También impuso que España entregaría Puerto Rico y Guam a los Estados Unidos, además de Filipinas. En un momento dado es tanta la presión que estaba ejerciendo la diplomacia norteamericana en la imposición de condiciones que se rompen las  conversaciones. La delegación estadounidense ofrece veinte millones de dólares por lo
Reina María Cristina
La Reina María Cristina,
óleo de Cabá de 1890
poco del impero español que se había salvado y la reina María Cristina telegrafía la aceptación de todos los términos impuestos:
“El Gobierno de Su Majestad, movido por razones nobles de patriotismo y de humanidad, no asumirá la responsabilidad de volver a traer a España todos los horrores de la guerra. Para evitarlos, se resigna a la penosa tarea de someterse a la ley del vencedor, por dura que sea, y como España carece de los medios materiales para defender los derechos que cree que son suyos, se aceptan los únicos términos que los Estados Unidos le ofrecen para la conclusión del tratado de paz”.
Siendo firmando por las dos delegaciones el 10 de diciembre de 1898, oficialmente la guerra se había acabado.

Al ser presentando en  Cortes en Madrid, se rechazó el tratado. Pero la Reina Regente lo firma igualmente, habilitada al amparo de una cláusula en la Constitución española. En Estados Unidos el tratado también encontró oposición, ya que, en realidad no hacía otra cosa que sustituir  un imperio por otro y violar los principios de la Constitución de los Estados Unidos, ya que ni el Congreso ni el Presidente tenían el derecho de aprobar leyes que rigen a pueblos colonizados, si los ciudadanos de esos pueblos no están  representados y participaban en la redacción de esas leyes aunque también fue finalmente aprobado con tan sólo un voto más de la mayoría de dos tercios necesaria.

Los artículos del Tratado de Paz:
Artículo I 
España renuncia todo derecho de soberanía y propiedad sobre Cuba. En atención a que dicha isla, cuando sea evacuada por España, va a ser ocupada por los Estados Unidos, los Estados Unidos mientras dure su ocupación, tomarán sobre sí y cumplirán las obligaciones que por el hecho de ocuparla, les impone el Derecho Internacional, para la protección de vidas y haciendas.
Artículo II 
España entrega los Estados Unidos la Isla de Puerto Rico y las demás que están ahora bajo su soberanía en las Indias Occidentales, y la Isla de Guam en el Archipiélago de las Marianas o Ladrones.
Artículo III 
España entrega a los Estados Unidos el archipiélago conocido por las Islas Filipinas, que comprende las islas situadas dentro de las líneas siguientes: (sigue definición de coordenadas del territorio filipino).Los Estados Unidos pagarán a España la suma de veinte millones de dólares ($20,000,000) dentro de los tres meses después del canje de ratificaciones del presente tratado.
Las principales consecuencias de la aceptación de dichas condiciones, podemos resumirlas del modo siguiente:
  1. La pérdida de los territorios de ultramar derivó en un cambio en la manera en que los españoles se percibían a sí mismos como Nación.
  2. Algunos autores han querido ver en este “Desastre del 98 la causa última de sucesos posteriores como las guerras coloniales en Marruecos y la Guerra Civil Española.
  3. Aparece la Generación del 98, nombre con el que se ha reunido tradicionalmente a un grupo de escritores, ensayistas y poetas españoles que se vieron profundamente afectados por la crisis moral, política y social acarreada en España por la derrota militar en la guerra hispano-americana. Se inspiraron en la corriente crítica del Canovismo, denominada regeneracionismo.
  4. España pierde, por tanto, Cuba, Filipinas, Puerto Rico y Guam. Las restantes posesiones españolas en Oceanía (Islas Marianas, Carolinas y Palaos), incapaces de ser defendidas debido a su lejanía y la destrucción de buena parte de la flota española, fueron vendidas a Alemania en 1899 por 25 millones de pesetas, por el tratado germano-español.

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